La infancia es una etapa muy importante en nuestras vidas, y experimentar algo como el yoga en la niñez es maravilloso. Mejora la flexibilidad, les da fuerza, coordinación y conciencia corporal, mejora la concentración y la sensación de calma llegándose a sentir más relajados. La práctica de yoga a través de un juego les hace conectarse más profundamente con su ser interior, y desarrollar una relación íntima con el mundo natural que les rodea.
Las posturas del yoga se inspiran en los elementos de la naturaleza, según explican los expertos. Animales, plantas, formas, que permiten a quien las practica entrar en sintonía con el propio cuerpo y, también, como reflejo, con las manifestaciones energéticas que estas posturas recuerdan.
Los niños, más receptivos y dúctiles que los adultos, reciben muchos beneficios a través del yoga.
El secreto está en la respiración. El niño aprende a respirar de forma correcta y profunda, con la nariz, y no con la boca abierta; con el abdomen, y no sólo con el tórax.
Esta técnica mejora el funcionamiento del aparato respiratorio y calma la mente, porque cuanto más tranquila y regular es la respiración, más se aplacan los pensamientos.
Comenzar a practicar yoga es beneficioso en cualquier etapa de la vida. Pero si tienes niños y tienes la posibilidad de llevarlos a clases de yoga, o enseñarle tú mismo yoga en casa, será muy bueno para ellos, para ti y para el mundo.