No se habla suficiente de los riesgos de suicidio o intentos autolíticos con los fármacos. Y peor todavía, no se alerta suficiente a los pacientes, sobre cómo algunas personas en las primeras semanas de empezar un fármaco psiquiátrico (sobre todo antidepresivos y algunos antipsicóticos), pueden experimentar un empeoramiento temporal que les lleva a sentir sufrimiento intenso y, en ocasiones, pensamientos suicidas.
INDICE DE CONTENIDOS
- 1 Algunos pacientes hablan de:
- 2 Qué puede pasar en las primeras semanas:
- 3 Por qué ocurre
- 4 ☠️Son señales de alarma para buscar ayuda inmediata. Busca ayuda urgentemente si tú o alguien presenta:
- 5 🔅 Si hay riesgo inminente: llama a emergencias (en la Unión Europea 112) o acude al servicio de urgencias más cercano.
Algunos pacientes hablan de:
“angustia vital”
“desesperanza extrema”
“solo quiero que esto acabe”
“Siento más pensamientos oscuros que antes y ahora tengo energía suficiente para hacerlo.”
“Me siento desconectado, vacío, y eso me aterroriza.”
“Las noches son interminables; la falta de sueño lo empeora todo.”
Qué puede pasar en las primeras semanas:
1️⃣ Aumento de agitación o inquietud interior (akatisia / activación): algunas personas sienten una urgencia interna imposible de calmar — activación que sube, necesidad constante de moverse, nerviosismo extremo — y eso puede ser torturante. Esta sensación puede aparecer días o pocas semanas después de empezar o cambiar dosis.
2️⃣ Aumento de la ansiedad, insomnio o pensamientos acelerados: los síntomas ansiosos pueden intensificarse antes de que el medicamento haga efecto. Muchas personas recuperan algo de energía antes de que mejore el estado de ánimo, y esa “energía” combinada con pensamientos suicidas ya presentes puede aumentar el riesgo de que pasen a la acción.
3️⃣ Empeoramiento temporal del ánimo o ideación suicida: aunque los fármacos buscan reducir la depresión, en una minoría de casos la ideación suicida puede aumentar al inicio del tratamiento —esto es más observado en jóvenes, pero no exclusivo de ellos. Por eso los protocolos recomiendan vigilancia estrecha en las primeras 2–4 semanas.
3️⃣ Embotamiento emocional o cambios en la motivación: algunas personas describen que se sienten “desconectadas”, irritables o con reacciones emocionales raras; esa confusión puede contribuir a desesperanza y soledad.
Por qué ocurre
Tiempo disociado entre energía y ánimo: los medicamentos pueden tardar semanas en mejorar el ánimo, pero antes pueden devolver algo de energía o activar al paciente, de modo que, si hay pensamientos suicidas, hay más capacidad para planear o intentarlo.
Unido al hecho de que el paciente, que ya se encontraba mal, ha puesto su expectativa de sentirse bien en el medicamento. Encontrarse con este efecto contrario, en algunos casos tan sumamente intensos, produce un shock que no pueden manejar.
El malestar es real y merece respuesta rápida. Todo paciente debería estar informado sobre esto y tener un plan de emergencia personal: con lo que uno puede decirse para calmarse, a quien llamar o dónde acudir.
☠️Son señales de alarma para buscar ayuda inmediata. Busca ayuda urgentemente si tú o alguien presenta:
Pensamientos claros de hacerse daño o de suicidarse, especialmente con planes o medios concretos.
Cambios bruscos en el comportamiento (p.ej., regalar cosas valiosas, despedidas).
Agitación intensa, incapacidad para quedarse quieto, o desesperación insoportable (posible akatisia).
Insomnio severo combinado con aumento de pensamientos suicidas.
🔅 Si hay riesgo inminente: llama a emergencias (en la Unión Europea 112) o acude al servicio de urgencias más cercano.
No lo aguantes solo/a: contacta con la persona que te recetó (médico/psiquiatra), enfermera o el corresponsable de salud mental y dile exactamente lo que sientes. Las reacciones tempranas tienen solución (ajuste de dosis, cambiar de fármaco, añadir medicación para la activación, apoyo psicoterapéutico).
Busca acompañamiento inmediato: di a un amigo o familiar de confianza que estás pasando por algo duro y pídele que esté contigo o que te acompañe a urgencias.
Retira medios letales: si hay posibilidad de acceso a armas, pastillas en cantidad, objetos peligrosos, pide a alguien de confianza que las retire temporalmente.
Monitorización activa: los profesionales suelen recomendar control clínico frecuente (por ejemplo semanal) durante las primeras semanas. Si el profesional que te atiende no ofrece un seguimiento cercano, pide una cita o derivación.
Ten disponibles y practicadas tus autoinstrucciones que te ayuden a poner el plan de seguridad en marcha: «esto es transitorio» «no estoy sólo» «pongo en marcha mi plan de seguridad»
🔅Qué pueden ofrecer los profesionales
Revisar la dosis o el tipo de fármaco, o suspenderlo/ cambiarlo si es necesario.
Añadir un fármaco para disminuir la agitación (según evaluación).
Programar revisiones frecuentes (semanales) y soporte psicológico.
Si existe riesgo importante, ingreso hospitalario o atención urgente para mantener la seguridad.
Existe evidencia clínica de que en una minoría de pacientes la ideación suicida puede aumentar temporalmente al iniciar antidepresivos u otros psicofármacos; por ello las guías recomiendan vigilancia estrecha las primeras 2–4 semanas.
🆘 NO LO OLVIDES, ANTES DE EMPEZAR TU TRATAMIENTO PIDE QUE TE AYUDEN A DISEÑAR TU PLAN DE SEGURIDAD
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