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PILATES EN UNA CLÍNICA O EN UN GIMNASIO?

 

El método Pilates. Por qué es mejor en una clínica

El método Pilates lleva muchos años de moda y a lo largo del tiempo van surgiendo variantes. Algo bueno, porque se van aportando avances al método original.  Pero en nuestra opinión, es importante para la calidad de la práctica  los conocimientos de la persona que imparte las clases. Por eso pensamos que practicar pilates en una clínica tiene el beneficio de que las clases están impartidas por fisioterapeutas.

La práctica de pilates en una clínica

Por suerte cada vez más los médicos van conociendo los beneficios del método Pilates realizado con fines terapéuticos.  Es decir, dirigido y controlado por profesionales de la salud como son los fisioterapeutas. Mucha gente se incorpora a nuestras clases de Pilates para recuperarse de una lesión o porque tiene alguna dolencia que necesita un control de un profesional de la salud. Y otros porque buscan lo mejor para su cuerpo, aunque no tengan ningún dolor.

Para nosotros lo más valioso es que nuestros alumnos consideran sus clases como algo terapéutico, una inversión en salud que les permite sentirse bien y mejorar su calidad de vida .Entendemos que cuando una persona acude a una clínica para hacer Pilates es porque busca ser atendido de la mejor manera. Es decir, busca que un fisioterapeuta con sus conocimientos de anatomía, patología , fisiología… sepa adecuar y adaptar cada ejercicio a sus problemas o necesidades especiales y que el número de alumnos por clase sea el óptimo para una adecuada supervisión de todos y cada uno. En las clases colectivas de los gimnasios, habitualmente, el número de alumnos por clase no es el óptimo para un objetivo terapéutico (o de salud). Tampoco lo es para tener en cuenta la realidad de cada alumno, demás la formación de los monitores suele ser diferente.

“El movimiento es  vida”, esta es una de la  reglas principales por las que se rige el cuerpo, estamos hechos para movernos pero no nos vale cualquier movimiento y os vamos a explicar por qué:

·         Respiración consciente e integrada en el movimiento.

Por nuestra experiencia en clínica, vemos que en general no respiramos adecuadamente.  Lo hacemos con una amplitud mucho menor de la que se podría o usando mayoritariamente uno de  dos componentes necesarios para una adecuada respiración (costal y diafragmático). Siendo lo ideal contar con una amplitud óptima y realizar los dos componentes respiratorios por igual. ¿Y esto a que se debe? en la mayoría de las casos principalmente por restricciones en el movimiento costal y/o en el bombeo diafragmático de origen estructural (desviaciones de columna vertebral por ejemplo ) o de origen visceral (vísceras subdiafragmáticas que no funcionando bien al 100%,  transmiten su falta de movilidad y tensiones al diafragma, que acaba viéndose reducido también en su función). Por eso el Pilates es tan beneficioso, porque hace que la respiración sea consciente , profunda y efectiva. Y como  respirar es algo que  hacemos cerca de las 30.000 veces al día  es algo que bien aprendido y ejecutado en nuestra vida no será de gran ayuda, ¿no?. El cuerpo se oxigenará mejor, y nuestro cuerpo funcionará mejor.

·         Nuestra postura: resultado de la lucha contra la gravedad y de las tensiones propias de nuestro cuerpo. Luces sobre el porqué de nuestro dolor.

Si unimos el efecto de la gravedad, que genera en nosotros una respuesta opuesta, para contrarrestarla + las tensiones creadas en el cuerpo por nuestros pequeñas disfunciones viscerales o articulares + nuestro perfil psicológico que también imprime líneas de tensión en nuestro cuerpo, veremos que cada uno de nosotros adopta una postura, «una manera de estar”. En Pilates os ayudamos a que seáis más conscientes de vuestro cuerpo, de vuestras tensiones y restricciones. Por eso este método también es una herramienta diagnóstica para nosotros, los fisioterapeutas. Nuestros conocimientos nos permiten una vez más leer e interpretar esos signos, y nos ayudan a daros una explicación lógica de vuestro dolor o intuir cuál puede ser la causa y orientaros.

·         Estabilización antes que movimiento

Para poder realizar un movimiento concreto de una parte del cuerpo, otra parte del cuerpo tiene que estabilizarnos bien. Por ejemplo, cuando nos lavamos la cabeza en la ducha, el hombro nos estabiliza el resto del miembro superior, aunque pensemos que sólo necesitemos las manos para hacerlo. Si tenemos un problema de hombro, hasta peinarnos se convierte en un problema…

En Pilates lo que nos estabiliza es nuestro centro, nuestra zona abdominopélvica.  Que bien solicitada con la respiración y la contracción muscular adecuada, nos permitirá realizar cualquier movimiento de la manera más efectiva y segura posible. Muchas veces nos fijamos más en lo que tenemos que mover, que en lo que tenemos que estabilizar. En estos casos el movimiento no fluye y el cuerpo puede sufrir.

Si además realizamos los ejercicios sin control, con prisa, sin estabilizar el tronco, sin una respiración consciente… no estamos haciendo Pilates, sino una clase de gimnasia. De ahí la enorme importancia de la supervisión individual, de que una persona, conocedora del funcionamiento del cuerpo de cada uno de sus alumnos, le recuerde las correcciones que necesite hacer en cada momento.

·         Calidad mejor que cantidad

En Pilates no buscamos el número, buscamos que el ejercicio esté bien hecho, lentamente, con control  y con la respiración adecuada. En nuestra clínica trabajamos en clave de equilibrio, resistencia, propiocepción, movimientos integrados en la globalidad, movimientos fisiológicos… No buscamos potencia ni ejercitar un grupo muscular de manera analítica. La repetición de un ejercicio varias veces hace que el cuerpo lo integre y que la próxima vez que lo tenga que ejecutar en la vida diaria, lo haga de manera más rápida, sin necesidad de pensarlo, y de manera segura.

 

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