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Masaje infantil

masaje infantil sus beneficios

Muchos son los estudios que hablan de los beneficios de las caricias y el masaje en todas las edades. De acuerdo a Vimala Scheneider Y su libro, “masaje infantil, guía práctica para la madre y el padre” Las ventajas de masaje infantil para los bebés van mucho más allá de ser una experiencia agradable y sensual o un tipo de terapia física. Es una forma de mantener la salud y el bienestar.

Sabemos que es una forma de potenciar el vínculo entre el padre y el hijo, en una comunicación profunda e íntima.

Podemos enumerar los siguientes beneficios (Gracia 2007):

1 Incrementa el apego y los lazos padres/hijos.

2 La interacción conseguida con el masaje ayuda a incrementar la confianza de los padres. Te enseña a aprender sobre tu bebé, niño o niña (sus necesidades y deseos).

3 Mejora la respiración profunda por el efecto del sistema táctil sobre el S.N. autónomo.

4 Beneficia la circulación sanguínea y linfática.

5 Hidrata y tonifica la piel.

6 Fortalece el sistema muscular.

7 Aumenta la conciencia de las partes del cuerpo, a través de la aportación visual, táctil y propioceptiva.

8 Reduce la hipersensibilidad al tacto.

9 Incrementa la cantidad y calidad de la fonovocalización.

10 Aumenta la función gastrointestinal.

11 Proporciona relajación general para el niño/a y el cuidador/a, aliviando también estados de dolor.

12 Disminuye el estrés del lactante.

13 Acelera el proceso de mielinización del cerebro y sistema nervioso.

14 Promueve un mejor sueño al ayudar a la relajación y liberación de tensiones.

La importancia de los detalles

Detalles como aprovechar un momento de tranquilidad, en un lugar confortable y cálido donde poder prestar atención plena a nuestro bebé. Conectar con la mirada y comunicar la intención de hacerle un masaje para su disfrute y calma.

Utilizar para el masaje aceites naturales, suaves, mejor de frutas o vegetales prensados en frío. Bien es sabido, que las lociones que aplicamos en el exterior de nuestro cuerpo son absorbidas por él.

Introducir el masaje poco a poco, si al principio el bebé reacciona, tenso o incómodo a algunos movimientos, utilizar primero las técnicas de relajación táctil y posponer para posteriores momentos otros movimientos.

las técnicas de relajación táctil

Hoy en día con los ritmos de vida que llevamos cada vez nos resulta más difícil relajarnos, conseguir que nuestros niños aprendan a relajarse es hacerles un regalo para toda la vida.  Primero ponemos nuestra atención en nuestra propia respiración, lenta, profunda y rítmica, centrándonos en la calma que nos da cada exhalación. Si nuestro niño es mayorcito llamaremos su atención sobre su respiración y respiraremos juntos de forma consciente.  Luego pondremos nuestra mano sobre la zona del cuerpo que tiene en tensión, adaptando y moldeando con cuidado la zona con nuestras manos. Luego golpearemos suavemente la zona mientras repetimos suavemente “relájate, siente la calma” repetimos en voz baja y suave y cuando notemos los primeros síntomas de relajación de la zona reforzaremos su esfuerzo “genial ya lo has relajado” sonreiremos y le damos un beso.  Y así con el resto de las zonas tensas, sacudidas muy suaves, ligeros golpecitos, compresiones circulares y movimientos giratorios. Siempre reforzaremos su esfuerzo, eso favorece la toma de conciencia y el hábito de agradecernos a nosotros mismos nuestro cuidado, como principales responsables del mismo.

Etapa evolutiva

La reacción de los bebés a los masajes estará influida por su etapa evolutiva. En los primeros meses los masajes en la “posición de cuna” ayudan, proporcionaban, calor y sujeción. La “posición de la cuna “consiste en sentarse con las piernas extendidas hacia adelante y la espalda apoyada, doblamos las rodillas y ponemos en contacto las plantas de los pies, cubrimos la parte interior del suelo con mantas y colocamos al bebé en la cuna formada por las piernas de cara a nosotros.

En el segundo trimestre, la mayoría comienzan a observar el medio y les gusta comunicarse, también aprenden a rodar sobre sí mismos, si lo hace aprovecha el momento para los movimientos de espalda y piernas.

Entre los siete y los 12 meses el masaje es todo un reto, ya que tiene muchas ganas de moverse, es la hora de meter un poquito de imaginación para que disfruten del masaje. Por ejemplo un truquito que puede servir para masajear la espalda es jugar a que algunos animalitos pasean por ella:

Hormiguitas y con las yemas de los dedos caminamos por la espalda

Elefantes con los puños, cerrados, masajeamos como el caminar del elefante

Flexibilidad y escucha de nuestras necesidades

Como en todas las cosas de la vida, conviene ser flexible y adaptar el masaje a vosotros. Si el bebé se agita, puede ser necesario un descanso o hacerlo más corto o saltar algún movimiento. Y siempre es muy importante que nosotros estemos cómodos y relajados. El masaje fomenta la comunicación no verbal y nos ayuda a conocer e interpretar las señales del bebé.

Como relajarnos

Para relajarnos y poder escuchar bien a nuestro hijo, Podemos primero hacer unas respiraciones conscientes largas profundas y rítmicas. Tomando conciencia de la calma que nos da cada exhalación. Tomamos conciencia de esa calma, que depende de nosotros y desde ahí buscamos establecer si es posible el contacto ocular con nuestro bebé. Tanto si nuestro bebé nos mira, como si no, contactamos con nuestras manos con suavidad y firmeza sobre su cuerpo, dejando pasar nuestro amor con el masaje y dirigiéndonos a nuestro bebé con nuestra voz, nuestros ojos y nuestras manos.

Masaje infan til abreviado

  1. Círculos alrededor de la cabeza. Circulitos con las yemas de nuestros dedos alrededor de su cabeza.
  2. Libro abierto en la frente. Con la parte plana de los dedos, con las manos juntas en el centro, iniciamos un movimiento de separación, presionamos hacia los lados, como si aplanáramos las páginas de un libro.
  3. Círculos en la mandíbula. Pequeños círculos alrededor de la mandíbula con la punta de nuestros dedos con una mano a cada lado de su carita.
  4. Libro abierto en el pecho. Ambas manos juntas en el centro, presionamos hacia los lados, como si aplanáramos las páginas de un libro
  5. Enrollar los brazos, abrir las manos. Con ambas manos, desde el hombro a la mano, enrollar enérgicamente el brazo con movimientos de vaivén. Abrir la mano con nuestros pulgares y hacer girar sus deditos con nuestro índice y nuestro pulgar
  6. Sol Luna en el vientre. Con las manos trazamos una media luna invertida, de izquierda a derecha. La mano izquierda realiza un movimiento circular completo, en sentido de las agujas del reloj. Partimos con la mano derecha arriba y la izquierda abajo y las movemos en el sentido del reloj.
  7. Enrollar las piernas. Con ambas manos bajando hacia los pies aplicamos movimientos giratorios, una mano por fuera y otra por dentro
  8. Plantas de los pies. Apretamos con los pulgares toda la planta del pie, poquito a poco
  9. Atrás y adelante en la espalda. El bebe perpendicular a nosotros, comenzamos con ambas manos juntas en la parte superior de la espalda, formando ángulos rectos con su columna vertebral. Movemos las manos hacia adelante y atrás, en sentidos opuestos, bajando por la espalda hasta llegar a las nalgas y luego subiendo por ella hasta los hombros y otra vez hasta abajo.
  10. Peinar la espalda. Con la mano derecha abierta y los dedos bien separados se peina la espalda, desde el cuello hasta las nalgas. Cada movimiento será ligeramente más suave que el anterior, hasta finalizar con un toque tipo pluma.

Para cólicos

De acuerdo a las recomendaciones de la guía de masaje infantil. En caso de un cólico por gases resulta muy útil la siguiente rutina:

  1. Seis veces el movimiento, rueda hidráulica, una mano después de la otra, movimientos de paleteo en el vientre, como si moviéramos arena con una pala
  2. Coger las dos rodillas del niño, empujarlas Hacia su abdomen y mantenerlas en esta posición medio minuto aproximadamente
  3. Liberar poco a poco la presión ejercida y aplicar un masaje en sus piernas y utiliza la técnica de la relajación táctil
  4. Repetir seis veces el movimiento sol luna con una mano después de la otra. Con las manos trazamos una media luna invertida, de izquierda a derecha. La mano izquierda realiza un movimiento circular completo, en sentido de las agujas del reloj. Partimos con la mano derecha arriba y la izquierda abajo y las movemos en el sentido del reloj.
  5. Volver a coger ambas rodillas y empujarlas hacia las domen y mantenerlas otro medio minuto
  6. Liberar poco a poco la presión ejercida, aplicando de nuevo un masaje en sus piernas y la técnica de la relajación táctil

Repetir todo el ciclo tres veces. El masaje regular favorece la expulsión de los gases y el funcionamiento del sistema intestinal. No nos tenemos que olvidar que antes de los masajes para este fin, nosotros debemos conseguir estar relajados para no fundirnos con la emoción de nuestro bebé y para poder estar atentos a sus señales.

Periodos de separación, enfermedad, prematuros

Todos sabemos la importancia de estar cerca de nuestros hijos desde que nacen. La interrupción de esta cercanía, por alguna enfermedad o por un nacimiento prematuro, supone un trauma tanto para el bebé como para los padres. Esta barrera emocional entre los padres y su bebé es importante que se restaure lo antes posible. El masaje es una magnífica expresión de cariño, que contribuye a restaurar la salud física y emocional de todos. Hablar y masajear regularmente ayuda a que sanen, crezcan y se desarrollen mejor.

En estos masajes es muy importante

proceder muy despacio y con gran ternura. Antes de comenzar ver cómo podemos hacer que la ambiente: luz, sonido, temperatura…sea lo más agradable posible. Es importante atender bien al bebé, a sus señales, para ver cuál es el tipo de estimulación que puede soportar. Algunos son extremadamente sensibles y es mejor centrarse en un solo estímulo a la vez (contacto táctil, verbal y ocular). Al principio, el masaje bastará con sostener con nuestras manos juntas, el cuerpo del bebé, transmitiéndoles sentimientos de amor y relajación profunda. Basta con sostener durante breves momentos cada una de las partes del cuerpo del bebé. Estando atentos a las señales que nos transmiten nuestro bebé, podemos identificar si hay tensión en alguna zona del cuerpo e ir destensado, acariciando suavemente en dirección de la contracción.

Zonas especialmente sensibles

Es normal que los bebé los hospitalizados tengan zonas especialmente sensibles, por lo general los pies, cabeza y pecho son bastante sensibles. Si notamos dolor en estas zonas podemos sostenerla suavemente y explicarle que sabemos que siente dolor que ha sido muy valiente y que vamos ayudarle a liberar ese dolor y comenzar a sentir placer. Podemos animarle suavemente con nuestra voz a dejar ir el dolor y sentir calma Y agradecer su esfuerzo.

Liberar la tensión

Puede ser que tras algún hecho traumático después del masaje el bebé se ponga a llorar, no porque le desagrade, sino porque es una forma de liberar toda la tensión reprimida.

En estas épocas de tensión viene bien también que algún fisioterapeuta nos haga nosotros un masaje, relajante o descontracturante.

En el caso de niños, con necesidades especiales

 Adaptarse a las circunstancias, pueden generar, especialmente estrés e inhibición de la sincronía interaccional. El masaje es algo que hacemos con nuestro hijo que fomenta la comunicación y la sincronía entre nosotros. En muchos de estos casos, el cuerpo da información que otros sentidos no pueden, el masaje nos ayuda a captar estos mensajes.

En el caso de que sea necesario facilitar la inhibición del tono muscular, se usarán movimientos largos, lentos, completos, junto con la relajación táctil. Para aumentar el tono muscular, movimientos más vigorosos, con intervenciones lúdicas, como pueden ser acertijos y canciones. En estos casos, conviene siempre preguntar a los médicos especialistas cómo podemos adaptar nuestros masajes para favorecer así, además de la comunicación, sus necesidades especiales.

Con los niños más mayores

La realización de un masaje puede servir, además de para disminuir tensiones y conseguir relajación para favorecer que puedan contarnos cosas y preguntarnos. Estos masajes favorecen la autovaloración, un estudio aparecido en el Journal of humanistc psycology confirma que cuanto mayor es la autoevaluación del sujeto más se comunica a través del tacto. Como hasta los 12 años de edad, la Kinestesia táctil es muy importante para los niños, acompañar un “te quiero” a nuestro hijo con un contacto ocular y un masaje amoroso amplifica nuestro mensaje.

Y cuando llega un hermanito

Además de beneficiarse cada uno de nuestros hijos de un masaje propio, el mayor puede, si él quiere, dar un masaje sencillo a su hermanito. Esto puede fomentar el vínculo entre ellos y mejor la seguridad y autoevaluación de ambos. Depende de la edad del mayor y de la fragilidad del bebé, podrá comenzarse antes o después. Lo importante es poder observar que ambos disfrutan del momento.

Aprendizajes a largo plazo

Por lo general, los niños que reciben Masajes amorosos y positivos crecen en confianza y bienestar con sus propios cuerpos. Aprenden a distinguir entre un contacto saludable y otro que no lo es. Estos masajes a nuestros niños son momentos para conectar y hablar de todos los asuntos de interés. Traerán recuerdos y beneficios a largo plazo.

Para información más detallada

os aconsejamos la lectura del libro de Vimala Scheneider “masaje infantil, guía práctica para la madre y el padre”

Bibliografía

Gracia, M. G. (2007). Masaje infantilMedicina naturista1(2), 45-62.

Schneider, V., Simón, M., & Torres, E. (2008). Masaje infantil: guía práctica para el padre y la madre. Medici.

White, J. L., & Labarba, R. C. (1976). The effects of tactile and kinesthetic stimulation on neonatal development in the premature infant. Developmental Psychobiology: The Journal of the International Society for Developmental Psychobiology9(6), 569-577.

Sofía Manzaneque Suárez

psicóloga clínica y profesora de yoga


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