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Escucha a tu hijo crecer

Demasiada información acerca de la salud nos acecha  en nuestra vida cotidiana. Tanta, tanta, que se convierte en una desinformación. Las diversas medidas de salud, las publicidades variopintas, las publicaciones interesadas (muchas de ellas interesantes) consiguen que no tomemos conciencia de nuestro cuerpo y caigamos en la rutina social de vivir… hasta que la salud aguante o nos pase algo.

La virtud de una medida de salud debe estar principalmente en la prevención de la misma. Y es aquí, precisamente, donde quiero incidir. El cuerpo humano está expuesto, desde que venimos al mundo hasta que lo dejamos, a estímulos constantes y variables que, gracias a nuestra maravillosa obra de ingeniería genética somos capaces de adaptar y solventar.

Las causas de los problemas de salud son ocasionados por exceso o defecto de estos estímulos cualquiera que sea su origen (biomecánico, nutricional, psicológico, traumático…) y el marco de salud actual no para a preguntarse la causalidad de los estímulos, sino a tratar consecuencias de los mismos sin establecer prevención de las causas.

Existe un sistema desconocido por la sociedad y novedoso para la medicina tradicional, denominado sistema fascial. Este sistema nos permite “escuchar” al cuerpo y determinar de una forma global las mencionadas causas para su diagnóstico y su posterior tratamiento. Dicho sistema fascial se presenta como único para cada individuo, cambiante en función de los estímulos y abarcando la globalidad y la interacción de los diferentes sistemas existentes en el cuerpo humano.

Por tanto, la principal meta del tratamiento fascial es equilibrar todo este sistema y dinamizar el conjunto del cuerpo en su globalidad.

No existe ningún cuerpo sin adaptaciones porque si no, no sería un cuerpo humano. Es evidente pensar que la edad condiciona al sistema fascial; no sólo por el cambio en su fisiología, sino por la acumulación de adaptaciones y superposición de las mismas.

Estas afirmaciones nos hacen inequívocamente pensar que aunque la terapia fascial puede ser de gran ayuda en todas las personas, se convierte en un elemento pragmático y altamente efectivo en bebés, niños y adolescentes: es decir, en aquellos cuerpos en los cuales los procesos son noveles, primarios y sin apenas adaptación.

Diego González Hortigüela

Fisioterapeuta (Col. 7168) – Osteópata