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BENEFICIOS DEL TRATAMIENTO OSTEOPÁTICO EN DEMENCIAS

 

La falta de movilidad es el origen de la ausencia de independencia y autocontrol personal, y es además, un indicador de déficit de calidad de vida, bienestar, confort y nivel de salud del que lo sufre. Si a eso se une un proceso de demencia, la situación se hace más difícil.Algunas de las consecuencias negativas de la falta de movilidad sobre el organismo son:

Musculoesqueléticas: Contracturas (con atrofia muscular, fibrosis capsular, deformidad articular, disminución de la amplitud normal del movimiento articular) que pueden llevar a la anquilosis con posturas de flexión, debilidad muscular, atrofia por desuso (a las seis semanas el 25% y en mayores de 80 años el 50%), osteoporosis ( con aumento de la calciuria).

Neurológicas: Deprivación sensorial, deterioro cognitivo, menor equilibrio. Suelen aparecer al mes de encamamiento. También ocurre una disminución del automatismo y de los reflejos posturales.

Cardiovasculares: Hipotensión ortostática, reducción del volumen circulante, reducción de la reserva funcional (los músculos no funcionan como bomba – existen signos de insuficiencia venosa-), tromboembolismos, aumento de la mortalidad por cardiopatía isquémica.

Respiratorias: Menor capacidad vital ( en el decúbito existe una menor actividad muscular), menor actividad ciliar ( con aumento de las secreciones y riesgo de sobreinfecciones, menor reflejo tusígeno, mayor posibilidad de neumonía por aspiración ( atención a los portadores de sonda nasogástrica).

Genitourinarias: Retención urinaria, cálculos urinarios, infecciones urinarias recurrentes. Existen micciones tardías e incompletas debidas a la postura, que favorecen el estasis urinario, lo que debilita la musculatura pélvica y el músculo detrusor. Esta situación nos lleva a un aumento del residuo vesical. La actividad sexual desaparece.

Digestivas: Anorexia y estreñimiento. Existe alteraciones en la deglución y digestiones lentas (enletecimiento del peristaltismo), estasis venoso pélvico, proctalgia y hemorroides que dificultan la defecación.

Metabólicas y hormonales: Balance negativos nitrogenado (por catabolismo proteico precisando de aporte de > 110 gr proteína día) y de minerales (Ca, P, Mg, K y Na), Resistencia a la insulina con intolerancia a hidrocarbonados, elevación de la PTH, hiperlipidemia, disminución del Col-HDL.

Dermatológicas: Maceración y atrofia de la piel (infecciones), úlceras por presión, dermatitis del pañal.

Psicológicos: Hábito de encamarse, depresión, miedo, ansiedad.

 

En cuanto a la prevención es posible a nivel:

 

Primario. Mantener la movilidad es el fin para evitar el encamamiento, y lo podremos realizar con un ejercicio físico adaptado a la patología sufrida y a la severidad de la misma. Los beneficios del ejercicio no disminuyen con la edad.

 

Secundario. Mantener en lo máximo el nivel sensorial, procurar adaptaciones técnicas para mejoras del hándicap, así como eliminar las barreras existentes que dificulten el manejo del paciente. Por último poner énfasis en estimular la independencia en la ABVD (actividades básicas de la vida diaria), con adiestramiento en la adaptabilidad y ejecución de las mismas, evitando la superprotección.

 

Terciario. Evitar las  posibles complicaciones del encamamiento

Deberemos implantar y realizar un programa de cambios posturales, conociendo las indicaciones de las diferentes posiciones, que se pueden adoptar en la cama: supino, dorsal, prono, lateral, SIMS, sentado, Fowler, Trendelenburg, Roser, etc para evitar las úlceras por presión.

La osteopatía por contar con una visión integradora y global del paciente tiene un papel relevante en las fases avanzadas de las enfermedades crónicas en las que el paciente ha perdido su capacidad para realizar sus actividades básicas de la vida diaria de manera independiente.

Entre otras,con técnicas osteopáticas como la TGO podemos movilizar todas las articulaciones del cuerpo del paciente de  manera suave rítmica y muy agradable a la vez que estimulamos la vascularización de los tejidos circundantes. Con técnicas más globales podemos actuar sobre la musculatura de los MMII simulando en parte el bombeo venoso que supondría la marcha. Esto ya supone una mejoría en el trofismo de la piel, que unido a los cambios posturales que se pauten, evitarán la aparición de úlceras por presión. Podemos facilitar el tránsito intestinal con técnicas de osteopatía visceral  muy concretas y precisas. De la misma manera podemos actuar sobre la musculatura inspiratoria (diafragma) estimulándola para que la respiración del paciente siga siendo lo más profunda y eficaz posible y así facilitar la expectoración y reducir riesgo de acumulación de secrecciones y su sobreinfección.

 

En la primera etapa es muy necesario compaginar el trabajo físico con el trabajo psicológico del paciente: reestructuración cognitiva para enlentecer dentro de las posibilidades el deterioro y psicoeducación para: comunicarnos con el enfermo, para estar preparados y para afrontar el proceso de manera resilente. En etapas más avanzadas la reestructuración cognitiva va perdiendo su papel, pero se mantiene la importancia de la comunicación emocional, con el enfermo, es momento en que el cuidador necesita de apoyo profesional para aprender a cuidar y cuidarse. No hay que olvidar que  los cuidados la demencia  han de aliviar el sufrimiento físico y psicológico, proporcionar la mejor calidad de vida posible  y que por tanto el trabajo multidisciplinar debe integrar los aspectos psicosociales y espirituales también, y apoyar a los familiares y amigos durante la enfermedad.